domingo, 12 de agosto de 2012

¿Playa? ¡Nunca más!



A Catalina no le gustaba la playa. De adolescente lo pasó muy mal, obligada a ir por sus padres. El sol le disgustaba, le producía dolor de cabeza y el agua de mar le dejaba la piel asquerosa, con los dedos pegajosos sin comprender el motivo.
Pero de eso hacía ya muchos años y cuando su amiga Paqui la invitó a visitarla en la playa de San Juan donde trabajaba, decidió aceptar aunque eso sí, convencida de que no se iba a mojar ni mucho menos tenderse "a la parrilla".

Siguiendo las indicaciones de su amiga, pisó la arena en la zona donde ésta trabajaba y...



Lagarto lagarto. A cuadros se quedó.

- Diosssssssssssss. ¿Ya se fríen como huevos? Antes se asaban como gambas. Debe ser cosa de los recortes.

Siguió su andadura por la arena hasta llegar al chiringuito donde Paqui tenía su feudo.
Besos y abrazos sin fín, el reencuentro de dos amigas que en realidad, era la primera vez que se veían en persona porque se habían conocido a través de la Red, mediante blogs.

- Bonita playa, Paqui. ¿Y cual es tu cometido aquí? ¿Eres socorrista? ¿Biológa de cetáceos? Cuenta, cuenta.

Paqui dejó ir un suspiro y finalmente se decidió a responder.

- Un poco de todo, guapa...

Catalina no lo acababa de entender, así que Paqui la agarró por el brazo y le hizo acompañarla por la playa.




- ¿Ves a ese par de focas glotonas? Pues tengo que vigilarlas, no sea que tengan un corte de digestión en el agua y nos carguémos nosotros el marrón.

Aturullada, Catalina preguntó si sólo había focas de esas a las que vigilar, pero Paqui la arrastró un poco más y le mostró una escena donde justo, acababa de pasar una anecdóta divertida:



Paqui corrió al rescate del cachalote, desternillándose de risa por lo bajinis.

- Ostras tú, esta profesión es de alto riesgo - pensó Catalina- Socorristas o biológos, no cobran lo debido para tanto peligro.

Y al día siguiente se fue, con la excusa de que había recibido una citación del juzgado, lo primero que se le ocurrió porque era lo más inocente ante el evidente peligro playeril.

9 comentarios:

  1. Ahora comprendo, las subidas de marea imprevistas, cuando los playeros rellenitos como estos se meten en el agua, tienes que retirar la toalla de la primera fila si no quieres que el tsunami la moje, jajajajaja.

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  2. Je je je... El humor nunca está de más, amigo mío.

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  3. Genial, Doña Leona!, una excelente combinación de fotos y textos con una mucho de inspiración y la mala leche necesaria.
    Chapeau!

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  4. He dudado entre este y otro relato, ambos absolutamente distintos. Por razones obvias no voy a decir el título del otro. Si voy a explicar las razones por las que me he decantado por "Playa? Nunca más!" Hay trangresión sin herir dentro de un texto muy breve que mezcla mordacidad y ternura, desenfado y simpatía. Está redactado sin pretender la genialidad humorística, como en un "yo pasaba por aquí y he visto esto", y lo completa con unas fotos que subrayan el transfondo grotesco de la historia. Es decir, un me rio y no me rio, la sutileza de un observador sarcástico que no habla más alto para no ofender. Alguien dijo que "el humor es crear una situación lógica para romperla" Aquí tenemos la lógica abstracta de varias escenas playeras rotas por la fuerza de unas imágenes y un textos de una "fuerte sencillez humorística"
    Gracias.

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  5. Muchas gracias, Don Boni, viniendo de un entendido como usted supone un honor.

    Efectivamente, pretendo hacer humor sin burlarme de nadie porque no hay nadie perfecto y todos estamos expuestos alguna vez a situaciones así.
    Le cuento una anécdota. Cuando tuve a mi hija estaba como un cachalote. Problemas metábolicos porque nunca he sido de comer.
    Pues bien, fui al ambulatorio, me senté en una silla de esas que van todas juntas, dejé el cochecito al lado, en uno de los extremos... y al inclinarme sobre él, ¡todas las sillas a mi lado se alzaron!

    ¡Qué susto! Estaban vacías, no levanté a ninguna viejecita en lo alto como en el juguete del parque infantil, ¡juas!
    Un chico corrió a sujetar el extremo y bajarlo.

    Conque humor sí, pero sano, hasta a costa de uno mismo.

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  6. Coño, me lo he perdido!... Si llega a ser antes lo aprovecho como lo de "Bimba": Felisa sentándose en una de esas sillas (pongamos que en el centro de salud) y Doña Purita saliendo proyectada como en un número circense.
    Salud y humor!

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  7. ¡Lástima!
    Como solemos decir usted y yo, la realidad supera a la ficción.

    Salud.

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  8. Muy buenas fotografías, una entrada original, siempre tan irónica.
    Mi voto para esta entrada.

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  9. Muchas gracias, Fdelga.

    Lástima que a veces no sea capaz de reflejar la ironía, ya sabes por qué lo digo ;D

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Lamentamos que exista moderación de comentarios, pero es necesario debido a ciertos anónimos muy persistentes.