domingo, 5 de agosto de 2012

Concurso veraniego de relatos cortos. 'Sueño de una noche de verano'




No, no me refiero a la comedia romántica escrita por  William Shakespeare, ni tampoco a la obra musical Ein Sommernachtstraum, escrita por el compositor alemán, Felix Mendelssohn, es simplemente eso, un sueño, en una noche de verano.
Llegaron las vacaciones  “mami”, (aclaro, >mami es mi esposa, y yo soy el papi<, desde que hace ya mas de 25 años que nuestros hijos eran pequeños, y empezaron a llamarnos papi y mami) este año te voy a dar una sorpresa, dentro de unos días cuando el trafico este mas calmado iremos a visitar el “país de los cátaros”,  sé que te gustara.
-“Mami”- No me lleves lejos que sabes que a mi no me gustan los viajes largos, como mucho a Benidorm o Caravaca, a ver a tus hermanos, o a Bailen unos días a casa de mi prima.
Pasado unos días, le dije:  “Mami” prepara la maleta. 
-"Papi" donde me vas a llevar,  solo me distes la pista de un país “tártaro” o algo así, y te lo advierto que no me salgas con Turquía. Que no me apetece, que para ver musulmanes, solo tengo que pasearme por Barcelona o alrededores.
-No “mami” te dije “país de los Cátaros”,  iremos a Francia, visitaremos Carcassonne y algunos pueblos mas en la zona del Languedoc, es todo precioso, digno de ver, te encantara, será como pasear por las calles en la época del siglo XIII.
Salimos del Prat destino Carcassonne, unos 400 km, entramos en la autopista hasta la porta catalana, donde comimos a eso de las 14,30 h, mal y caro, (los dos, 60 €) la comida con sabor a catering de dos días por lo menos, pensaba que seria mejor comer en España, pues en Francia después de las 14 h, no te sirven salvo cosas frías de la barra, y en algunos sitios ni eso.
Por la tarde llegamos al Hotel Clarine-Aragón, dentro de la ciudad amurallada, muy bonito y confortable, dimos un paseo por la cité, y a cenar en un restaurante muy romántico y agradable. Por la mañana, visitamos mas “tranquilos” la Catedral de San Nazario, el Castillo Condal y la Casa de la Vila, y como no, un sinfín de tiendas de “souvenirs” de la cité. Además de ser una de las mayores fortalezas de Europa, la Cité es un ejemplo vivo de lo que era una gran ciudad fortificada medieval, se conserva tal y como era en el siglo XIII, con sus 52 torres de vigilancia y defensa, con maniquís vestidos como en la época, colocados como si estuvieran defendiéndose de un ataque enemigo, con fosos y la doble muralla, a pesar de la aglomeración de visitantes, (sobre todo en verano) es digna de ver, sobre todo, todas las tardes del mes de agosto, podremos revivir lo que era una autentica fiesta medieval.
Después, alojándonos en un hotel de Béziers, hicimos visitas a Montpellier y diferentes pueblos, Millau, donde destaca mas que sus construcciones antiguas, el fabuloso puente de la autopista, a gran altura y muy largo, desde él se ve el pueblo como si fuera una aldea de pitufos, Ladève, visitamos la catedral de Saint Fulcran.
Aparte de Carcassonne, la que mas le gusto a “mami” fue la ciudad amurallada en la costa al sur de Nimes. La Ville Fortifiée, Aigues-Mortes, es preciosa totalmente rodeada por unas murallas, en su plaza principal, la place Saint Louis, en cuyo centro esta la estatua a Luis IX ,  el que dio fin a la disputa de los territorios entre él, Rey Luis IX de Francia, y el Rey Jaime I de la Corona de Aragón, cediendo esta, los territorios occitanos que poseía en Francia, a cambio de lo que el Rey francés Luis IX, tenia en este lado de los pirineos.
“Mami” compro dos alcachofas, como jamás en su vida había pensado que existieran, eran casi del tamaño de una coliflor, pesaban dos kilos cada una, vio unos caracoles enormes, como puños de gordos.
En la brasserie la Citadelle, comimos una docena de ostras, dos langosta de mas de 6 centímetros de grosor y un surtido de los frutos del mar, todo vivo y preparado delante de nosotros, regado con chapagne y un vino blanco de la zona extraordinario, a un precio mas que razonable, 120 € los dos, (en otras comidas parecidas pero sin ostras, aquí en Barcelona con vino del penedés he llegado a pagar casi el doble) “mami” quedo encantada dimos unos paseos antes de inicial el regreso a casa pues era el ultimo día.
Esto no es un sueño, ha sido real, la he llevado a ver algunos de los sitios donde yo, por razones de trabajo he estado varias veces, y que ahora jubilado, como el país siga así, si que será un sueño de verano el poderlo repetir, este o cualquier otro viaje, aunque sea dentro de España………
Un fuerte abrazo amigos.

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Relato de ADOGI

3 comentarios:

  1. Je, je je... Muy bueno lo de "mami" con los "tartaros", ¡juas!

    Efectivamente, en Francia tienes que ir con mucho ojo con los horarios de las comidas, y si te despistas un poco, no hace falta pasar la frontera para quedarte sin comer porque en una ocasión nos tuvimos que conformar con una bolsa de patatas fritas en un bar a las dos de la tarde, antes de pasar al otro lado.
    "Lo siento, es que como vienen tantos franceses, funcionamos con su horario y la cocina está cerrada..."

    Menos mal que una vez al otro lado me desquité con un civet de ciervo, una olla aranesa y varias exquisiteces más durante una semana. ¡Lección aprendida!

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  2. Y esa carne de ciervo le supo a gloria, seguro, que no hay como comer con hambre y beber con se4d, por eso digo siempre que donde mejor he comido y bebido ha sido en El Camino de Santiago.
    Ya le dije que empezaré a colgar mis relatos dentro de unos días porque me he liado mucho con el culebrón. No se preocupe que luego irán seguidos.
    Así que tenemos al director debajo de una palmera, como Robinson Crusoe?... A ver si algún mono va a dejar caer un coco y nos lo desgracia, Dios no lo quiera!
    Feliz martes!

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  3. El civet nos encantaba a mi difunto padre y a mí, yo lo preparaba de conejo para ambos mientras los demás preferian un soso pollo a l'ast; pero ciervo no había comido nunca y menos mal que el camarero me avisó cuando pedí un primer plato, advirtiéndome que con el civet quedaría más que satisfecha. Y así fue, ¡qué plato!

    La olla aranesa también estaba para chuparse los dedos, nunca he vuelto a comer nada igual.

    Por cierto, viajar con mi ya ex no era nada agradable no. Es de esos que se ponen al volante y no paran hasta que les amenazas muy seriamente con gritar pidiendo socorro en cuanto veas una patrulla de la Guardia Civil, ¡qué tío!
    Una vez salí de los servicios de un bar con las bragas envueltas en papel higiénico y una mala leche que no se imagina. El burro se negaba a parar: "Más adelante. Espera, más adelante" y claro, "más adelante" no me dió tiempo a bajármelas. ¡Animal!

    Cuando íbamos a su pueblo en vacaciones y cruzábamos casi toda España, nunca vimos nada :( Por más que le pedía parar un rato en Córdoba, siempre se negó. De casa a destino con los ojos cerrados, conque al final me harté y no volví más. Se iba solo y luego con los niños, cuando fueron lo suficientemente autonómos para dejárselos, que al fin y al cabo, mi suegra los cuidaba bien, se preocupaba mucho.
    ¿De qué sirve pegarte una paliza bestial de kilómetros y kilómetros para ir a parar al mismo pueblo aburrido de siempre sin ver nada por el camino?

    Je je je... la palmera del jefe, ¡juas! Eso fue antes de irse, en la plaza de su barrio, como se dió de baja del ADSL, sale con el portátil a pillar conexión por ahí.
    Recuerdo a otro amigo que cuando se iba a veranear a su apartamento, sacaba el cacharro por la ventana, ¡ja ja ja!

    ¡Feliz semana!

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