martes, 28 de mayo de 2013

Anécdotas de un mejillón y una leona ( XXX )



Aplausos y llenazos ( I )

En mi anterior post hablé de las dificultades de un actor modesto para ganar el dinero que se merece, dificultades creadas por culpa de los muchos mangantes que hay en este mundillo. Podría contar más casos, pero dejémoslo ahí. Ahora voy a hablar de los aspectos más hermosos de la profesión.
Dos cosas hay que motivan especialmente a un cómico: los aplausos y que el teatro esté lleno. Hay dos tipos de aplausos, los de cortesía y los que arrancan directamente del corazón del público. Estos últimos suelen estar acompañados de "bravos" y con una gran parte del respetable puesta en pie. He de decir que he recibido muchísimos más aplausos de estos últimos en mi calidad de "rapsoda" que en la de actor. Quizá muchos de ustedes no sepan lo que es un "rapsoda" No me extraña porque hay muchas razones para ello y la última la acabo de descubrir ahora mismo: En mi "Diccionario de bolsillo Cumbre del español actual" no aparece este vocablo, no está entre sus "60.000 definiciones y locuciones" Me da pena pero lo entiendo porque esto guarda relación con el poco o ningún caso que se me ha hecho siempre por parte de los "responsables de la cultura" en España, ( o traficantes de cine, teatro, TV y variedades ) un país que siempre despreció a los "cómicos y titiriteros" pero nunca perdió la ocasión de divertirse con ellos.

Un rapsoda es un actor que sabe "decir el verso" con naturalidad y logrando la debida efectividad cómica o dramática, cualidad negada a la mayoría de los actores. Y antiguamente, cuando los actores eran "de verdad", todo el teatro que se hacía era en verso. Las casi 1.500 obras que escibió el prolífico Lope de Vega lo fueron en verso. Tiempos en los que el teatro era el género literario por antonomasia, cuando la novela era aún un género primerizo.
Mi primer éxito fue siendo muy joven. En una sala de mi pueblo ( El Cine Club Agora ) recité a García Lorca y a Miguel Hernández entre otros, y un hombre rudo, un curtido marinero, me dijo: "Yo no soy culto, no entiendo de esto, pero me ha emocionado por lo bien que suena lo que dices"
En cierta ocasión, en un pueblecito de Castilla, recitando después de representar la obra que hacía con Antonio y Sita, un hombre me homenajeó con sus "bravos" y acto seguido me lanzó una bota de vino abierta que casi me deja perdido el traje blanco que llevaba puesto.
No me duelen prendas si digo que soy muy buen rapsoda, del mismo modo que conozco mis limitaciones como escritor, pues no paso de ser un escritorcillo o escritorzuelo chapucero. Al pan, pan y al vino, vino.

Recité con gran éxito para la colonia de emigrantes españoles en Lieja ( Bélgica ) en el "Teatro de la Cultura Francesa" ( Por primera vez en mi vida disfruté de un camerino decente, vistas las pocilgas de los teatros españoles. Ignoro si esta situación habrá cambiado en España. )
Recité al aire libre en Pola de Laviana ( Asturias ) a Miguel Hernández cuando aún estaba prohibido hacerlo. ( El día anterior habían detenido a otro rapsoda en Andalucía por lo mismo ) En el escenario estaba puesta la bandera de Asturias, igualmente ilegal, con un crespón negro por la muerte de unos mineros. A unos cien metros del escenario estaban apostados los "grises" con sus cascos, escudos y botes de humo. Afortunadamente no intervinieron. Detrás mio, en el escenario, había varios hombres que eran políticos socialistas o comunistas, no me enteré bien o no puso interés en ello. Jamás vi tanta emoción en un público ni tantas brazos alzados con el puño cerrado siguiendo mi declamación de "Vientos del Pueblo" de Miguel Hernández. Finalmente, el aplauso fue largo, muy largo.









 

( Miguel Hernández, bandera asturiana y Pola de Laviana. "Asturianos de braveza..." )

Recité el primer 1 de Mayo legal en la Casa de Campo de Madrid ante varios miles de personas. Yo no estaba en el programa pero le pedí que me hiciese un hueco a Juan Diego, presentador del evento.

( Continúo en el próximo post )










3 comentarios:

  1. 'Viento del pueblo' es magnifíca, me la sé de memoria y me emociona cada vez que la rememoro.

    Yo sí sabía lo que es un rapsoda sin mirar ningún diccionario; en realidad, los consulto poco, sólo cuando no estoy segura del significado de alguna palabra muy rebuscada y como afirmo, no lo necesito apenas.

    Ciertamente, los aplausos "de cortesía" se notan porque los que muestran agrado son inconfundibles, capaces de echar el teatro abajo.
    ¿Usted "escritorzuelo"? No estoy de acuerdo. Vamos a hablar claro: no tiene tiempo ni medios para escribir como le gustaría, la supervivencia diaria se lo lleva todo, pero talento no le falta. Otros publican chorradas porque tienen padrinos o los buscan. He leído novelas que son infumables de todas todas y ahí están, en las bibliotecas. Ni tienen gracia ni garra y el autor demuestra ser semianalfabeto a pesar de la corrección ortográfica, pero se lo publican.

    Venga esa continuación. ¡Feliz martes!

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  2. Abajo le he contestado, en la segunda parte del 1, 2, 3...

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  3. Disiento y no es por falsa modestia ni nada por el estilo, del mismo modo que carezco de modestia cuando afirmo que soy muy buen actor, pero sólo necesito compararme con los escritores de los muchos libros que leo para saber que soy insignificante al lado de ellos. Dios o la Naturaleza o quien sea me ha dado el don de la declamación dramática o "fuego sagrado" que diría margarita Xirgu, pero tan sólo una migaja del arte de escribir.
    Feliz miércoles!

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