lunes, 4 de enero de 2016

Concurso de Relatos Cortos Navideños 2015. IX

Las bases aquí.

RELATOS ANTERIORES

El espíritu de la Navidad
Sin Navidad
Amor y paz
Tradición y gloria mediática
CABALLETE TROYANO
Un final muy feliz
PARA MONTAR EL BELÉN
El ex guardia y el sospechoso


Noche de Reyes movidita. Leona Catalana



Carolina y sus dos hijos, Aura y Varo, habían cenado la noche de Reyes en casa de la madrina de ésta, como venía siendo habitual desde hacía años.
A Carolina le encantaba como su tía preparaba la puesta en escena: al entrar los niños en casa, el tío los enredaba en la pequeña habitación del pasillo a puerta cerrada, contándoles "batallitas", mientras el padre subía los paquetes de regalo que estaban en el maletero del coche sin saberlo los hijos, porque entre él y su mujer se llevaban un tute que ni la Stasi...
Los regalos que traía Carolina eran para sus tíos y primo. Los que tenía la madrina, para todos, adultos y niños.
Carolina se apresuraba a poner sus paquetes en la parte de fuera de la ventana del comedor, donde ya estaban los de su tía. Bajaban la persiana y no se veía nada desde dentro.

Después de cenar y degustar el roscón de Reyes, alguién decía que "había oído algo", al tiempo que golpeaba debajo de la mesa, y los niños abrían unos ojos como platos, medio alarmados, medio ilusionados.
¡Tachan! Después de un poco más de teatro sobre lo que se oía o dejaba de oír, Carolina o su madrina subían la persiana y ¡ooooh!

Ese año el padre de Aura y Varo no estaba. Había aceptado hacer guardia esa noche, que los Reyes cobran una "mordida" que no veas y hacen falta pelas... Carolina llevó los regalos a casa de su tía y madrina un día antes, con lo que fue sola con sus hijos.
El primo de Carolina les llevó a casa después de la cena, en el coche de su padre y al pasar por una calle adyacente, vieron a los Reyes Magos entrando tan campantes por la puerta de un edificio.

-¡Mamá, ya vienen! -dijo el pequeño Varo alarmado, pues sabía que si no estaba en su cama pasarían de largo. Cosas de Carolina para que se durmiera enseguida.
-Tranquilo, están en este barrio, el nuestro está más allá. Aún no han pasado.

Y el primo de Carolina apretó el acelerador a instancias del niño.
Llegados a casa, Varo subió las escaleras a toda pastilla, seguido de su hermana mayor mientras Carolina se despedía de su primo y le daba las gracias.
Una vez en casa, donde no había vestigios del paso de los Magos, Carolina instó a sus hijos al ritual anual: pan seco y un lebrillo de agua en la galería, sobre la lavadora. En casa de Carolina nunca faltó esto para "los cansados camellos de SSMM".

Aura se llevó a su hermano a la cama (compartían habitación, en literas) A sus diez años ya sabía que debía entretener al pequeño y no dejarle salir de la habitación mientras la madre iba sacando los paquetes y exponiéndolos sobre la mesa del comedor.
En eso estaba Carolina, cuando su hija asomó la cara por la puerta de su habitación.

-¿Qué pasa? ¿No se duerme el niño?
-Sí, lleva rato dormido, pero es que oígo cosas...
-¿Qué cosas? ¿Ya están las de arriba tocando las narices? -Carolina carecía de audición.
-No. Es una cosa rara...
-¿Cómo de rara? Explícate.
-Jadeos, reniegos. Me parece que viene de la galería y que cada vez erán más cerca.
-¿Cada vez más cerca?
-Sí, eso me parece.
-Tranquila, iré a ver. Vuelve a tu habitación y no te separes de tu hermano, pase lo que pase, oigas lo que oigas.

Carolina apagó la luz del estudio. No podía verse desde la galería, pero a ella le servía para moverse en el comedor.
Una vez en la galería, apartó con cuidado la cortina de plástico azul para mirar fuera. ¡Otia, un Rey Mago!
Su Majestad se asustó tanto al verla, que casí se cae de la cuerda por la que trepaba. En un reflejo instintivo, Carolina lo pilló por el pescuezo de la capa y lo ayudó a izarse sobre la lavadora, envíando al carajo el pan y el agua.

-¿Coño haces aquí? -preguntó furiosa a "SM"
-Señora... señora... dejéme respirar... ¡Cof! ¡Cof!
-Respira pronto, o te empujo abajo. Tú mismo...
-Que sí, que sí...

Estaba tan asustado, que lo contó todo. "El Ñato", "El Pecas" y él se habían disfrazado de Reyes Magos para entrar en domicilios, dado el auge de empresas que ofrecían este servicio.

-¿Y robar jueguetes a los niños os compensa? -preguntó Carolina
-Todo. Porque hay muchas Play Station, televisores, ordenadores... Muchas cosas caras.

Al final acabaron detenidos cuando Carolina llamó al timbre de su amiga y vecina para que llamase a la policía. Eso sí, llevando al flamante "Rey Mago" por el pescuezo.
Varo no se había enterado de nada, pero Aura no se perdió ripio, escuchando detrás de la puerta y al día siguiente vio a su madre con otros ojos.




6 comentarios:

  1. Para información del señor contramaestre, el relato ha sido antes que las fotos. Resulta curioso acabar encontrando lo que buscas, je je je...

    Y el relato es veraz, excepto en la incursión de los ladrones "reales". Todo lo demás es verídico.

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  2. Jo, pues eso he pensado al ver las fotos, pero si lo analizas objetivamente no es para extrañarse, hay muchísima gente distorsionando la realidad, lo mismo que nosotros, otra cosa es que se haga con más o menos talento. Mi primera gran decepción fue hace muchos años cuando se me ocurrió lo de "dibujos desanimados" También se me ocurrió ponerlo en google y descubrí que se le había ocurrido a un montón de personas. Por eso muchas de las coincidencias en literatura y cine no están necesariamente motivadas por el plagio. Sigo...

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  3. He sospechado que se trataba de un capítulo de la historia de tu vida presentado como ficción, y lo he corroborado al ver que le ponías a Carolina la falta de audición. Entretenido del principio al final, todo un punto lo de los Reyes Magos acojonados, nada que ver con los atracadores violentos a domicilio de hoy en día. Creo que faltan inclusiones de los Reyes Magos en el cine y en la novela. Los anglosajones han esprimido hasta la última gota la presencia de Santa Claus en el cine, y hemos visto ya a estas alturas desde el Santa Claus terrorífico hasta el Santa Claus gilipollas pasando por el Santa Claus borracho, toda una gama de historias y santaclauses para consumo de las familias estadounidenses y del resto del mundo, Pero aquí en España apenas se han utilizado los Reyes Magos, de la misma forma, y no me cansaré de repetirlo, que no se ha creado lo que podría haber sido nuestro "western", el equivalente español a las películas del far west: el carlismo, las tres guerras carlistas, que duraron unos cuantos años, hubiesen dado para mucho, ¡aún podrían dar para mucho! Venga, que me estoy enrollando, ¡enhorabuenísima por este estupendo relato!

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    1. ¡Gracias!

      Por desgracia, los que hoy asaltan viviendas son antiguos militares del Este, tremendamente violentos.
      Mis cacos eran desgraciados albañiles en paro y sólo uno se atrevió a trepar por la cuerda.
      Obvio que no tienen perdón, pero al menos no te golpean ferozmente y te ponen un cuchillo en el cuello.

      Nada de enrollarse, es verdad. El cine español es un zurullo y ha tenido que ser fuera donde hagan pelis sobre nuestros conquistadores.

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  4. ¡Jajaja! Me habría gustado ver al Ñato, al Pecas y a él... no por nada, ¿eh? Sólo por curiosidad. Mi curiosidad es insaciable cual estómago de fiera.

    Ammm, otra cosa, el enlace a las bases no lleva a ninguna parte. Exijo que se arregle en pos del bien de esta ilustre comunidad. Leona, a ti te corresponde hacerlo, como a un concejal de tráfico le corresponde arreglar un bache.

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    1. ¡Uf! aunque esta parte del relato es pura ficción, conocí a muchos "Ñatos" y "Pecas", aunque de jovencitos.
      Vivía al lado de la discoteca 'Dragón Rojo', y allí se juntaba de todo... Hoy es un supermercado, je je je...

      Calla con los enlaces rotos, que estoy hartita. Es cosa del ordenador teutón.
      Estoy usando uno ajeno en casa ajena y ahora, todos los enlaces son correctos, pero no me pidas corregirlos todos. ¡Argggggg! Basta con usar la página de los votos.

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