sábado, 2 de enero de 2016

CONCURSO DE RELATOS CORTOS NAVIDEÑOS 2015. VII

Las bases aquí.

RELATOS ANTERIORES

El espíritu de la Navidad
Sin Navidad
Amor y paz
Tradición y gloria mediática
CABALLETE TROYANO
Un final muy feliz


PARA MONTAR EL BELÉN. Enriqueta Jiménez Herrera






Era una mañana muy temprano, hacia mucho frío, quería montar el portal de belén.
Me lavo la cara me recojo un moño en la puntitica de arriba de mi cabeza, mis pendientes de aro de plata y mi gargantilla de un corazón muy grande y precioso, un poco pintada, iba muy abrigada parecia un paquete empaquetaoo.
Al salir de casa notaba el frío en mi cara, las lágrimas caían por si solas y el pelo se humedecida subía montaña arriba, en busca de musgos, llevaba una cesta de esparto, y conforme iba subiendo empezaba amanecer, los primeros rayos de sol son maravillosos,.
Llegando a una zona más llana, me pare, y observe que todo estaba mojado, con mucha humedad.
Escuche un ruido a mis espaldas, me gire despacio, no veía nada,estuve muy atenta , mis oídos se agrandaron , mi vista también , deje a un lado la cesta, camine unos metros, empecé ha coger musgos, y de pronto sin mas, aparece un hombrecillo muy chiquitillo, con una gorra picuda los ojos muy grande la nariz pequeña y grandes coloretes, y me dijo con los brazos en jarra,_Esta usted cogiendo plantas que no son de tu propiedad y eso es robar.
Yo intente controlar mis miedos y nerviosismo,con voz temblorosa le dije.
Perdone es que voy a montar el portal de belén , y lo necesito.
De pronto sin apenas darme cuenta estaba rodeada de personillas diminutas, de todos los colores, empezaron hablar entre ellos, y es que ellos no entiende de tradiciones , ellos entiende de proteger la naturaleza y cuidarla, pues es la vida


1 comentario:

  1. "... en la puntitica de la cabeza."
    "... parecía un paquete to empaquetaoo."

    ¡Ay qué risa! Cuentas las cosas con mucha gracia. Y no olvidas los detalles, como que el frío intenso hace lagrimear y a esas horas todo está húmedo de rocío.

    ¡Me gusta mucho! Pero... encuentro a faltar el desenlace. Dejas a la belenista plantada allí, entre los hombrecillos que hablan entre ellos y nos quedamos sin saber qué se decidió.

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