Anécdotas de un mejillón y una leona ( XXXIII )

Eugenio, un tío cojonudo.






Antena 3 en San Sebastián de los Reyes y Tele 5 en Fuencarral, pueblos de Madrid, se convirtieron en los nuevos lugares de peregrinación de los cómicos españoles a raiz de la legalización de las televisiones privadas. Hasta ese momento la Meca había sido Prado del Rey de TVE.
Por más que me estrujo el coco no recuerdo si llegué a grabar algo en Prado del Rey o sólo estuve allí haciendo pasillos y castings. ( Ya conté que lo del Un-Dos-Tres fue en los Estudios Picasso ) Tengo una excelente memoria de actor pero me faltan las "pruebas documentales", es decir: los veintitantos albumes de fotos que guarda en el chabolo de una finca mi ex mujer ( en donde anoté fechas y lugares ) y que yo, por mi vida errática, no puedo hacerme cargo de ellos.
Entre Antena 3, Tele 5 y otros estudios ( Valdemoro, Barajas, etc. ) además de montones de exteriores, ha transcurrido mi vida televisiva, como se irá viendo poco a poco en estas "Anécdotas de un mejillón y una leona" Hoy voy a hablar de Eugenio, un gran tipo en donde los haya, y del programa en el que participé con él: "La Chistera" de Tele 5 ( Esto llegó después de las "Mamá Chicho" y las "Cacao Maravillao", coristas emblemáticas de la cadena )

Eugenio, de haber vivido más tiempo, tendría en estos momentos 70 años, ya que me sacaba diez, pues lo comentó en alguna ocasión.
Eugenio había sido uno de los dos grandes "cuenta chistes" de este país, el otro era Arévalo. Uno de mis recuerdos del Madrid de la Transición es el de los puestos de venta de cintas de cassette en los que sonaban continuamente los chistes de Arevalo o de Eugenio. Recuerdo que la gente que circulaba por las aceras se detenía de pronto para escuchar el final de un chiste, y recuerdo a personas que no se conocían de nada parándose, sonriéndose y riéndose juntos, como si fuesen amiguetes. Todo un mundo mágico que flotaba en el aire de nuestras calles: mariquitas, gangosos, mexicanos, chulos, andaluces... haciéndonos reír.




La Chistera era una especie de pub recreado en los estudios de Fuencarral de Tele 5 ( es una lástima pero no aparecen fotos en Google ) La atracción del local era Eugenio, que lógicamente se interpretaba a sí mismo. Eugenio aparecía en el pequeño escenario del pub contando sus chistes ( le aplaudíamos todos y nos reíamos ) en la barra tomándose algo o en la mesa que ocupábamos la actriz Ana Alba y yo. En el escenario largaba su repertorio chisteril y en los otros dos sitios se desarrollaban diálogos cómicos. Cuando se sentaba junto a nosotros, que hacíamos de matrimonio, nos timaba vendiéndonos cosas raras como crecepelos o castillos en el aire, y yo interpretaba un bobalicón que se lo creía todo. Para darle más enjundia al personaje le sugerí al realizador ( no recuerdo ahora como se llamaba ) que podía hacerlo con acento vasco muy marcado. Aceptó y el resultado mejoró mucho nuestra escenita; imagínenselo ustedes: el acento de Eugenio y yo dándole réplica como si fuese mi inolvidable "Txomin del Regato"
Otra mesa la ocupaba en solitario Jorge Calvo ( un actor que ha subido como la espuma, pues le veo anunciado en un montón de películas y obras de teatro. Quién iba a decírmelo cuando le llevaba en mi coche de regreso a Madrid junto a Ana Alba) El personaje de Jorge hacía siempre cosas raras: se intentaba ahorcar con una soga muy gorda u otras excentricidades.
Interpretaba a la camarera del pub Teresa Solubles, una actriz que Eugenio se había traido de Cataluña, una chica muy maja. En la barra también dialogaban Teresa y Eugenio y ese era el punto en el que hacían sus cameos las "estrellas" de la cadena. Me vienen a la memoria Juanito Navarro, Beatriz Rico y José Luis Coll.





( En estas imágenes Jorge Calvo y Bernardo Cortés )

El resto de la clientela del pub era figuración fija, es decir: estaban en todos los programas y se limitaban a reír y aplaudir. Y el personaje más absurdo del local, salvando a Eugenio, era el incatalogable Bernardo Cortés, aquel hombrecillo ( no sé que será de él ) que cantaba "Desde las sombras nocturnas" y no sé qué de una ovejita. Bernardo, que se paseaba entre las mesas con su guitarra mientras todos coreábamos sus canciones, era uno de los pioneros de lo que iba a ser muy poco después la gran "frikilandia" de las televisiones privadas.

El programa se emitía en la sobremesa de los domingos, a eso de las tres o las cuatro de la tarde ( después del informativo, creo recordar )
Y ahora una nota para fetichistas o amantes de las curiosidades del mundo de los famosetes: Un día la estilista me dio para vestirme una bonita camisa de color salmón y me dijo que era la que había llevado puesta unos días antes en otro programa Jesús Vázquez. ( Desde ese día no me he vuelto a duchar, je, je! )

En el próximo post hablo de la humanidad de Eugenio y el rasgo generoso y valiente que tuvo con nosotros, los actores que trabajábamos con él en La Chistera.