martes, 30 de abril de 2013

Anécdotas de un mejillón y una leona ( XX )





La risa irreprimible en escena.

Difícil es reprimir la risa en un entierro cuando el impulso de reír es muy fuerte, tan difícil como evitar que nuestro cuerpo "dispare" sus porquerías si los esfínteres se rebelan contra la más férrea voluntad de evitarlo. Pues igualmente difícil es aguantarse la risa en escena o en un plató cinematográfico o televisivo. Tres anécdotas al respecto lo corroboran en esta entrega de "Anécdotas de un mejillón y una leona", para que ustedes disfruten por el módico precio de unas sonrisas.

Trabajé una vez haciendo un video que era un curso de español para ingleses. Los personajes éramos miembros de una comunidad de vecinos y yo interpretaba al portero o "empleado de finca urbana" En todas las secuencias aparecía vestido con un mono azul, unas veces en la casa de algún vecino y otras en el portal. ( No recuerdo nombres de los compañeros, productora, realizador, etc., pues no tengo junto a mi los albumes de fotos con tales indicaciones, y todo lo que publico aquí lo hago de memoria ) Bueno, pues aparte del realizador teníamos un director de actores y un profesor de lengua española. El director de actores era un argentino que tenía algún cargo especial en Radio Nacional de España, creo recordar, y que por circunstancias que he olvidado estaba a disgusto con esta grabación. La cosa es que se tomó el trabajo sin ningún interés, y no sólo pasaba de dirigirnos a los actores, sino que a mi me puso en un apuro gordísimo cuando le dio por hacerme reír en plena grabación.




El cabrón se colocó en un sitio desde donde no le podía ver el realizador, y empezó a hacerme gestos simiescos. Si a esto le añadimos que tal sujeto tenía una fisonomía que recordaba a un mono, se lo juro a ustedes, y que a mi no me resulta fácil aguantarme la risa cuando me da fuerte, pues imagínense lo mal que lo pasé, aunque una persona que se rie de la impresión de que se lo está pasando fenomenal.
El realizador era un tipo pacienzudo y no me echó la bronca, pero resultaba visible su contrariedad y la de todo el equipo técnico, y me dolieron mucho las miradas que me dedicó tras haber tenido que interrumpir la grabación tres veces. Y todo por culpa del jodido "mono"!


En el Teatro Popular Español, el portatil en el que trabajé durante tres temporadas, había una comedia que terminaba con una escena de gran comicidad, protagonizada por María Teresa Pozón y Faustino Garciluis. No recuerdo si la obra era "Cuidado con la Paca!" o "Los Marqueses de Matute" Yo formaba parte de los "señoritos ricos" de la casa y ellos eran dos paletos que se habían enriquecido repentinamente y un día nos visitaban grotescamente vestidos de ricachones y haciendo alardes de su nuevo estatus. Los demás personajes debíamos permanecer callados, con los semblantes ceñudos, visiblemente molestos por la actitud desvergonzada de los paletos. Pero a mi se me escapó la risa en una función, no puede aguantarme más, fue superior a mis fuerzas. Y he aquí que al salir del teatro me para una persona por la calle y me espeta: "Es que usted no sabe aguantarse la risa?... No es usted un profesional?" Suelo tener respuesta para todo, pero en aquel momento no la tenía. El hombre que me increpaba estaba cargado de razón, había pagado su entrada y tenía derecho a ser respetado como miembro del "respetable público" Agaché las orejas y continué mi camino. Muchas han sido las veces que he visto a colegas cachondearse en escena, pero eso no significa que sea moralmente lícito imitar las conductas nada ejemplares.








Difícil me fue también aguantarme la risa durante la grabación del primer capítulo de Taller Mecánico ( Mariano Ozores para TVE. Este capítulo se puede encontrar entero en google )  Participábamos en la misma escena Antonio Ozores, Alfonso del Real, Ramón Lillo y yo.  Justo antes de que Mariano dijese "acción!", Alfonso del Real y Antonio Ozores estaban dale que te dale con sus chistecitos y coñas marineras. Súmenle a esto que Alfonsito vestía de ciclista porque interpretaba a un hombrecillo que, tras reñir con su nuera, decidía marcharse a Rusia en bicicleta. Pues me costaba Dios y ayuda mantener el tipo, es decir aguantarme la risa. Menos mal que aquí tenía poco diálogo, sólo metía de cuando en cuando un "bocadillo" en la conversación que ellos mantenían.
Dificil, muy difícil aguantar la risa en escena o en un plató. Y se pasa fatal, se lo juro!






6 comentarios:

  1. Me he tragado el episodio de 'Taller Mecánico' para verle a usted, je je je...
    Lástima, muy corto y de perfil. A ver si encuentro otra actuación suya.

    Pues no sé, será porque al carecer de audición me es más fácil concentrarme y no me despista ninguna monería. Había un jovencísimo actor al que solía pasarle, vamos, que además de despistarse se tronchaba él solo, así que me lo encargaron como un caso perdido, a ver si conseguía que actuase debidamente para el estreno. Lo cogi por las orejas y lo logré en tres o cuatro días. Ya lo contaré.

    ¡Buen día!

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  2. Cachis la mar, la cámara me coge de frente todo el rato desde que llega el chino! Je, je, usted sólo ha visto la mitad de mi soberbia actuación!
    Otra anecdotilla: Ozores fue el único que hizo una serie "a la antigua usanza", osea, como el cine, dos días después había que volver al estudio a doblarnos, y no vea el cachondeo que se montaba con todos metidos en una cabina diminuta. Entre Ozores y Alfonso del Real contaban anécdotas del doblaje, recuerdo que decían que Alfredo Landa gesticulaba y daba manotazos doblando que era digno de verse.
    Ya tengo que entrar en clase, otro día le digo de otros trabajos en los que se me ve, lo sé porque puso algunos en facebook uno de los compañeros que tuve en el último Camino de Santiago.
    Hasta tomorrow!

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    1. ¡Estupendo!, a ver si me pasa esos trabajos, que sólo búscando en las series, sin saber cuál episodio, es un trabajo de chinos que no estoy dispuesta a hacer ;D

      Tome, anécdotilla de doblaje: mi tío, el extra de cine, filmaba caseramente, mayormente escenas familiares, claro. Paella en el cámping. Mi tía de pinche. Año de la pera, con cámara sin sonido. Ahora, con un simple móvil se graba todo, imagen y sonido, pero entonces no, y mi tío hacía filigranas con sus equipos.

      Una vez filmada la gran escena cocineril, había que ponerle voz y sonido en casa.
      Mi tía me lo contó con mucha sorna, pues era ella la que no entraba a tiempo en la escena, tenía que decir "¿Quieres sal?", y nada, que no atinaba en el momento justo, así que se tiraron media tarde con la misma frase. Pasa que la ventana del estudio estaba frente por frente, apenas unos palmos, con la de la vecina y mi tía estaba segura de que ésta la oía.
      Me dijo con guasa que si la vecina le preguntaba qué estaban cocinando, le diría "Tú ve poniendo sal, que ya te avisaré cuando no haga falta más...". ¡juas juas!

      ¡Hasta el martes!

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  3. Yo creo que está todo o casi todo lo que se ha hecho en televisión, el gran problema es cómo coño encontrarlo. De Médico de Familia o Farmacia de Guardia no recuerdo los títulos de los capítulos. De todas formas la daré de vez en cuando alguna indicación. A bote pronto le voy a dar referencias que tienen que ser fáciles, pues este compañero mio de El Camino los encontró: Uno es el episodio "El Cuponazo" de Farmacia de Guardia (De este siempre recordé el título porque la historia estaba muy ligada al mismo )Estoy en todo el capítulo, desde poco después del principio hasta el final, y mi amigo puso en Facebook una secuencia en la que tengo un mano a mano dialéctico con Fernando Fernán Gómez. ( Cuando lo vea, no me diga como todo el mundo que estoy "sobreactuando", je, je!, es que el histérico de Tito Fernández, el realizador, lo quería as ) El otro es el trozito que hago en "La hora de los valientes", la peli de Mercero ambientada en la guerra civil. Es una pequeña parte pero cachonda, tengo el protagonismo de la secuencia pues me dan texto todos los protagonistas: Gabino Diego, Leonor Walting, Adriana Ozores y Luis Cuenca. Soy el mesonero y de mi mujer hace Marisol Ayuso ( que luego se ha hecho famosa como la madre de "Aída" ) Mi parte termina cuando salgo a avisar que nos ataca la aviación. Sigo...

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  4. Mierda!... Es "El Cuponazo", sí, pero de "Los ladrones van a la Oficina"! Sigo...

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  5. Comprendo los apuros de su tía, doblar no es nada fácil. Yo me he "sonorizado" en varias ocasiones ( "sonorizar" decimos a cuando se dobla uno a sí mismo ) y he logrado alir airoso del empeño, pero lo que es doblar a otros es más complicadillo. Estuve quince días en la famosa escuela de Salvador Arias ( te daban quince días gratis, y luego si decidías seguir ya te cobraban, aunque tampoco era mucho ) pero tiré la toalla, era dificilillo para mi, por eso admiro a los que lo hacen y sobre todo a los buenos dobladores.
    Feliz martes!

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