sábado, 2 de agosto de 2014

Concurso Veraniego de Relatos Cortos 2014 (9)

Pinchar aquí para ver las normas del concurso.
 
Relatos anteriores:

1- Fieras en la playa. De Iñaki Zurbano Basabe
2- Llegado el verano. De Enriqueta Jiménez Herrera
3- Empanada gallega. De Iñaki Zurbano Basabe 
0- Sadismo en el hospital. De Leona Catalana (Fuera de concurso)
4- El verano de Rupertina. De Enriqueta Jiménez Herrera 
0-2-  Un ángel veraniego. De Leona Catalana (Fuera de concurso)
5- Un verano triste. De Enriqueta Jiménez Herrera 
6- Campo o playa. De Iñaki Zurbano Basabe 
7- VACACIONES SOÑADAS. De Jesús
8- JESÚS JOSÉ Y MARÍA. De Enriqueta Jiménez Herrera


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Autor: Iñaki Zurbano Basabe

Un final atípico





A Doña Benita le dio un corte de digestión y no se ahogó de milagro. Colaboraron en el milagro cuatro mocetones de un club de socorristas que casualmente se estaban bañando a pocos metros de la mujer. Y a fe que eran buenos mozos y consumados atletas porque aquello fue como remolcar un cachalote hasta la orilla, dado que Doña Benita pesaba 130 kilos desnuda, un lamentable caso de obesidad.

 Emerancio fue el que le hizo la respiración boca a boca y con óptimo resultado, pues apenas tardó unos segundos Doña Beni en expulsar el agua tragada y recobrar el conocimiento.
Emerancio y Doña Beni se miraron muy fijamente a los ojos y ambas miradas trasluciose una cierta emoción. Sus compañeros bromearon. Dijo uno:
- Venga, Eme, no nos dirás ahora que te has enamorado como un enfermero de su paciente?!
Un coro de risas varoniles acompañó a la chanza del socorrista.
Pero Emerancio no estaba para risas, sino más bien para lágrimas. Sí, se parecía mucho a la mujer de alguna de las fotos que había conseguido encontrar gracias a la filtración de una  enfermera arrepentida. Ella también reconoció a su "pequeño".
La pérfida "Sor María" se llevó su secreto a la tumba, no reveló las identidades de los matrimonios ladrones de bebés, pero en este caso la lucha de una madre y un hijo por encontrarse dio su fruto esperado, y de la forma más espectacular !
Los socorristas y el público de playeros congregados contemplaron asombrados como aquella madre y su hijo se abrazaban entre lágrimas.

Observen a esa mujer del público playero, señores lectores, del grupo que está asistiendo a la tierna escena entre Doña Benita y su hijo Emerancio. Sí, a esa!... es Teresa Coscojuela y nos está mirando. Va a decirnos algo. Escuhémosla.
- Vaya, vaya!... En esta ocasión el autor, al que conozco muy bien, no ha asesinado a nadie ni nos ha hecho perecer ahogados en un tsunami. Y además hay un final feliz. Por Tutakis que no me lo creo !



 

5 comentarios:

  1. Pues sí, es dificil de creer que usted nos obsequie con un final feliz y sin ninguna víctima inocente. ¡Por Tutatis y por Belenos! ;D

    Me gusta, me gusta. Y mucho.

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  2. Excelentes fotos que le pegan de maravilla al relato. Mil gracias!... Ya sabe que yo lo tengo crudo para poner fotos. El otro día estuve echando una ojeada "nostálgica" al blog de Mencigüelo y al ver las fotos me dio una rabia enorme el no poder hacerlo ahora igual.
    Una pequeña observación: Si tiene tiempo puede cambiarme a minúscula la B de "Buenos mozos", (quinta línea ) Yo recuerdo haber corregido la corrección de la puta máquina, pero a veces vuelve a corregir alguna palabra cuando me voy.
    Gracias!

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    Respuestas
    1. De nada, las fotos para los relatos de Enriqueta las escojo yo, conque no es ningún problema, ya sabe que me encanta echar una mano.
      Listos, ya lo he corregido, aquí y en el original. No lo hice antes porque hay quien pone mayúscula en una palabra que no la lleva por recalcarla y como usted tiene la costumbre de escribir 'don', 'doña', con mayúscula, pensé que lo había decidido así.

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    2. Ahora estoy leyéndolos todos para pensarme a cual o cuales van mis votos, y ahora si veo las fotos.

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