miércoles, 25 de septiembre de 2013

TECLEANDO EN VERANO (XIV)

Cara a cara

Viene de A la caza de la traición




- Hola, Rosa -saludó la mujer del teclado-, siéntate ahí -añadió señalando una silla a su lado.
Rosa la miró con desdén, como siempre había hecho. Era alta y flacucha, para nada simpática, más bien borde y su pelo color paja no la hacía atractiva aunque ella lo creyese.
La mujer recordó una ocasión en que Nando y ella volvían con los alumnos después de disputar un partido oficial, sólo entre alumnos, claro. Iban andando, pues el campo contrario estaba cerca del suyo, apenas unas calles. Estaban detenidos ante un semáforo en rojo, esperando a que se pusiera verde, cuando Rosa cruzó al no haber ningún vehículo a la vista. Fue un desastroso ejemplo para los chavales de 11-12 años que molestó mucho a la mujer del teclado. Nando y ella tenían mucho cuidado con dar ejemplo y educarles, pero Rosa no pintaba nada allí, no era nadie, aunque siempre asistía a los partidos por pegarse al lugarteniente y al final los chicos pensaron que era su novia. No lo era, pero siempre estaba pegada como una garrapata, a pesar de que Nando tenía novia con la que se casó y tuvo un hijo, Dori, la de la cocina de la organización.

Viendo que Rosa miraba a los romanos detrás del vidrio, no tanto por curiosidad, sino por desprecio a la mujer, ésta inició la conversación.
- ¿Tienes algo que decirme, Rosa?
- No -respondió ésta al cabo de unos segundos, con su habitual rostro despectivo-
Lobo Gris gruñó en señal de advertencia y Rosa sintió que un reguero de sudor le recorría el cuerpo.
- Es inútil que lo niegues, sabemos que eres una traidora. Sabemos que has infiltrado enemigos.
- ¡¿Quién me ha señalado?! -gritó con rabia.
- Tú misma, Rosa, tú misma. Llevas el odio tatuado en tu frente, el afán de venganza.
- ¡Tú! ¡Tú me lo quitas!
La mujer se quedó asombrada. ¿Qué le había supuestamente quitado ella a esa histérica?
- ¿Qué te quito yo, Rosa? -preguntó con calma- Habla claro, por favor.
- ¡A Nando!
- No digas tonterías, Nando y yo somos buenos amigos desde hace años, pero nada más.
- ¡Ya! Y te tiene en su móvil con el nombre de 'Princesa'...
La mujer pensó que el asunto se le estaba yendo de las manos, que derivaba en motivos personales. Recordó que en una ocasión, Nando le pidió que le diera su número de móvil otra vez porque se le había borrado. "Anda, ¿te equivocaste?", le preguntó con sorna. Entonces él se lo confesó, que lo había borrado Rosa. A la mujer no le gustó nada que el móvil de su amigo estuviera en manos de esa, una señal de intimidad inquietante, no por ella entonces, aún lejos de la organización, sino por él mismo, lo cual se confirmó más tarde, ya que la mujer y Nando mantuvieron una conversación a través del móvil, conversación muy íntima para él, a ella no le afectaba en absoluto, se limitó a aconsejar a su amigo tal como se lo pidió. Y quedaron en verse para hablarlo en persona delante de unas copas.
Entonces la mujer comprendió que Rosa había leído los mensajes y se había hecho una idea equivocada. ¿Pero tanto como para semejante traición que podía cambiar el curso del mundo y de millones de personas que seguramente no nacerían y por tanto sus descendientes naturales desaparecerían de la actualidad? Era de locos, una simple tonta celosa podía matar a generaciones enteras en un genocido sin parangón.

- ¡Rosa!
Nando había salido de las estancias privadas de la mujer. Estaba verdaderamente furioso y el huargo gruñó de nuevo, esta vez dirigiéndose al lugarteniente.

Continuará...

***********************************

Adjunto foto que nada tiene que ver con el relato, es para mi amigo Mencigüelo Mejillón.

 El primo hermano de mi madre, Joaquín (Quimet) Borràs Canut


10 comentarios:

  1. Hello!
    Ahí abajo la he dejado un comentario.
    Bonita imagen la que ha seleccionado para encabezar el post.
    Oh, Nando disputado, una "Princesa" enigmática, un móvil revelador... y el huargo de nuevo a la expectativa por si tiene que pegarle un bocado en el culo a alguien. Tachán, tachán!...

    Se acuerda que le gustó aquel culebrón medieval que le recomendé una vez, "Te daré la tierra", de Chufo Llorens"?... Pues estoy leyendo estos días otra joya que me tiene enganchadísimo, también es un bestseller de larga duración, 1.097 páginas. Ya llevo leídas 400 y no se pierde el interés en ningún momento, no da tregua para el aburrimiento. Es la vida y avatares de una mujer española de familia rica, desde antes de la guerra civil hasta la caída del muro de Berlín, con detalles y reflexiones sobre la guerra, los comunistas, los espias rusos, etc. etc. Transcurre en España, Francia, Buenos Aires, Rusia... Se titula "Dime quien soy" y la autora es Julia Navarro. Si lo encuentra, va a disfrutar.
    Buen día!

    ResponderEliminar
  2. Je je je... Lobo Gris suele comer pienso especial con vitaminas, más algún que otro pollo y conejo de vez en cuando, como una golosina. La mujer del teclado se los proporciona de un matadero de confianza, que lleguen desplumados y despellejados, pero todavía calientes. Y comparte con su huargo las visceras que le encantan desde niña.
    ¿Ha probado usted un higado, sólo vuelta y vuelta, sangrante? Está delicioso. Como las salchichas de tocino completamente crudas.
    Ahí le dejo unas anécdotas de las mías. Mi madre me llevó una tarde de visita a casa de unos tíos suyos, en Esplugues. Ya había perdido la audición, pero no se me escapaba nada, je je je...
    El tío de mi madre había sido futbolista profesional, aunque ignoro en qué equipo porque ni mi madre me lo dijo ni yo se lo pregunté dada mi poca edad. Uno de sus hijos lo fue del Barça, Quimet, mismo nombre que su padre. No fue una estrella y de ahí pasó al Zaragoza.

    La gracia fue que la tieta Vicenta sacó unas salchichas crudas para su marido y mi madre, entusiasmada, comentó que a mí también me gustaban crudas. Ni corta ni perezosa, la tieta sacó otro plato y empezó a servirme salchichas. ¡Ja ja ja!, vi como el tiet se alarmaba y le dijo "Prou, eh?" (basta, ¿eh?) La tieta se le encaró como una gallina: "No seas ansioso, hay bastantes salchichas".

    En otra ocasión, en el pueblo de mi ex, un verano, me hice unos higados sólo para mí, claro. Allí siempre habían visitas, entraba cualquiera aunque estuvieras cenando. Una chiquilla de la familia miró mi plato asombrada. Mi cuñado, que vivía por entonces en Barcelona y estaba llí de vacaciones, como todos, le preguntó "¿Sabes qué es?", con mucha sorna. La quiquilla dijo un nombre que no recuerdo, andaluz para referirse a los higados, "cangreá" o algo por el estilo. Mi cuñado se rió a mandibula batiente. "Sí, es eso, pero a ella le gusta crudo, sangrante".

    La tercera anécdota fue chateando con un amigo. Era bastante "salido" respecto al sexo, pero me gustaba charlar con él porque era muy inteligente y divertido, me animaba y me hacía reír. Ya nos depedíamos, después de haber intercambiado unas recetas de cocina (pues es un excelente cocinero), cuando va y me pregunta qué voy a cenar. "Un bocadillo de salchichas crudas", le dije completamente en serio. "¿Y tú?", le pregunté inocentemente. "¡Mejillones, juas juas juas!". ¡Joder!, pensó que iba con segundas, ainsss...

    Sí, Don Paeloris, tengo ese libro en mi propia biblioteca y lo he releído varias veces, es muy bueno.
    ¿Recuerda que le recomendé otra obra de Julia Navarro? 'La Biblia de barro', con nazis de por medio y horrorosas venganzas de los judíos que entonces eran niños. Y también 'La Hermandad de la Sábana Santa'. Tengo los tres, son excelentes.

    ¡Buen día y los siguientes sin fin!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ups!, he editado la entrada para poner la foto de mi primo. Lo digo por si no se fija y va sólo a los comentarios.

      Eliminar
    2. Y también he cometido errores al teclear... En fin, ya se entiende, que no tengo ganas de editarlo.

      Eliminar
    3. Hola!
      Los errors al teclear forma parte de la salsilla de este mundo blogueril, aunque a veces joden, sobre todo cuando es una palabra clave en el texto, que va con doble intención o que resume en cierto modo lo que tratas de decir.
      He visto el "cromo" de su pariente, sí, y lo recuerdo. No soy un forofo del fútbol pero me gusta mucho y recuerdo nombres de futbolistas de todas las épocas, así como de ciclistas, cantantes, actores... Y coleccioné durante una época los cromos que venían en el chocolate Zahor, que me los ha recordado esta foto, pues casi todas eran así, de busto y seriecitos, de los tiempos gloriosos en los que no había publicidad en las camisetas y los pantalones eran muy cortitos. Sigo...

      Eliminar
    4. No he repasado el comentario anterior y veo que este ordenata se come algunas letras.
      El higado me gusta mucho, sobre todo el higado encebollado. Cuando frecuentaba mucho los restaurantes enconómicos en Madrid, en mi juventud, lo pedía en algunos de ellos que lo tenían, y era un plato muy barato. También me gusta la sangre frita, y la casquería... En donde estén unos "callos a la madrileña"!...( Jo, aquí apenas sale el sol, pero hoy ha salido y me está dando en la cara mienstras escribo, qué coñazo! ) Sigo...

      Eliminar
    5. "Cangreá", una palabrita de bella resonancia, me gusta.
      Los mejillones es una tapa exquisita en muchos bares de mi pueblo, los suelen servir de diversas maneras. Recuerdo que había un bar, "La fuente", al que acudíamos solo por los mejillones.
      Pues tengo la sospecha de que el libro que leí de esta autora es ese de la Sábana Santa que usted cita. El de "La Biblia de Barro" preguntaré si lo tienen, aunque me temo que no, pues ya lo habría descubierto yo al pasar la Mirada por la zona de la autora. ( Estan muy ordenaditos por autores ) Termino aquí porque no puedo con el sol. A ver cómo me arreglo ahora en Facebook..

      Eliminar
    6. La casqueria me encanta, hago unos callos (bueno, hacía...) con cap i pota deliciosos; sesos rebozados; turmas (criadillas) a rodajas; tripas, cabeza y patas de cordero... En fin, todo es aprovechable y está muy bueno. Y por supuesto, el higado con cebolla está para chuparse los dedos.
      ¡Y los mejillones! Ya abiertos al vapor con unas gotas de limón, como con un sofrito de pimiento, cebolla y tomate. Yummm...

      Sobre mi pariente futbolista, está "cebao"... ¿Recuerda a Ronaldo, lo gordo que se puso al dejar de jugar? Pues eso. Supongo que es cosa de lo que se toman para ser "fuertes", porque sus dos hermanos que no se dedicaron a eso siguen normales.

      Lástima que no pueda leer 'La Biblia de barro' porque es muy buena. Igual no está por haber sido prestada, pídala. Yo llevo desde junio esperando la segunda parte de una trilogía de Ken Follet, la continuación de 'La caída de los gigantes', me dijeron que en septiembre, pero ahora que en noviembre o diciembre. Al final tendré que releer la primera si no quiero olvidarme de la trama porque es la vida de sus descendientes.

      ¡Jo!, el sol en la pantalla es un coñazo. Yo bajo la persiana de la ventana, no hay más remedio. Llevo la planta del poto a mi dormitorio para que tenga claridad, pero aquí chapo o no veo nada.

      ¡Buenas lecturas!

      Eliminar
  3. ¿Y por qué van a desaparecer generaciones enteras? No lo pillo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Porque es evidente que si esos personajes históricos, viajeros ajenos del tiempo, no regresán sanos y salvos, la Historia daría un giro bestial y al dejar de existir, también lo haría muchísima gente de su alrededor, conque la descendencia ya no sería la misma y en nuestra época también desaparecerían millones de sujetos, familias enteras.
      En temas de ficción siempre se ha dicho que al viajar al pasado no debe modificarse nada, sólo ser testigo, 'Caballo de Troya' de J.J. Benítez por ejemplo, o como en el caso de 'Terminator', el androide viaja al pasado con el fin de asesinar a Sarah Connor, la madre del que años después será un guerrero impresionante en la lucha contra las máquinas que tomarán el poder.
      Cualquier cambio en el pasado se refleja inexorablemente en el futuro.

      Eliminar

Lamentamos que exista moderación de comentarios, pero es necesario debido a ciertos anónimos muy persistentes.