domingo, 16 de diciembre de 2012

LA VERDADERA HISTORIA DE LA NAVIDAD

 I Concurso de Relatos Cortos Navideños

 
Corría el año setecientos y pico de la fundación de Roma, el 7 u 8 antes de lo que se conocería como era cristiana. Cuando por los polvorientos caminos de Judea discurría una numerosa caravana, auspiciada por un rico constructor, promotor inmobiliario de la época, llamado José.
El tal José había hecho una fortuna en Egipto, con el boom inmobiliario que sucedió a la guerra entre Cleopatra y Marco Antonio por un lado y Augusto por el otro. Aunque anteriormente ya había medrado en la construcción de los destruidos barcos de la real pareja en la batalla Actium. Un gran comerciante este judío afincado en Alejandría.
Resultole que habiendose quedado viudo y sin hijos y de visita en su tierra natal de Nazaret, su sobrina de 14 años habíase quedado embarazada de un desconocido. Y fue convencido por su hermano para que la desposase librando de la vergüenza a la familia, a la vez que le daba un heredero.
Y en el regreso a sus posesiones y negocios en Egipto, su flamante nueva esposa se puso de parto en las cercanías de la ciudad de Belén. Allí acampó la importante comitiva, ocupando las habitaciones más lujosas de unos de los caravasares de la ciudad.
Allí estaba la niña María, teenager mother, que se diría ahora. Gritando los dolores del parto, en su lujoso lecho. Sabanas de seda y limpisimo lino, atendida por multitud de criadas y esclavas. Que como suelen decir las enfermeras y comadronas de hoy en día no dejaban de recordarle que poco le dolió cuando lo estaba concibiendo. María se acordaba de aquellas horas y días en compañía de su primo, revolcandose por pajares y prados. Que lejanos quedaban aquellos gozos. Quizás no volvería a ver a su primo Juan. Mas tarde sería conocido por la historia como Juan el Bautista.
Aconteciese que en el mismo caravasar estabán alojados tres sabios caldeos. Conocedores de todas las ciencias de la época, entre ellas la incipiente medicina. José no pudo por menos que rogarles atendiesen a su recién esposa. Pagándoles por sus servicios, oro, incienso y mirra.
Y en aquel lujoso establecimiento nació el niño Jesús.
Enterado Herodes, que tan importante empresario estaba en al ciudad, mando llamar a José. Que presto se apresuro a acudir, ya que avieso, olio el negocio. Efectivamente Herodes quería recalificar unos terrenos y construir un palacete para su favorita Herodias, madre de la que fuera Salomé. Del total el se quedaría el tres por ciento. Firmado y sellado, los dineros se transfererían a la lejana Helvetia.
Así era José, en todos lados conseguía oportunidades. Salió viudo de Egipto y volvió casado con una mujer joven  y todavía mas rico. Y con un hijo, que daría que hablar.

4 comentarios:

  1. ¡Ja ja ja!
    Los indepes catalanes se quedan chiquitos a tu lado ;D

    Excelente versión, interesantísima y muy actual, sí señor.

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  2. Hola!
    Sin duda dio mucho que hablar, y hoy en día sigue dando hablar!... En cuanto a la profesión y situación social de Don José no difiere usted mucho de la que nos ofrece Don JJ Benítez, quien también sostiene que era un boyante constructor.
    Enhorabuena por su trangresor relato, señor periodista!

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  3. Esto es cierto, de humilde carpintero nada, igual que la familia de Maria, que también era acomodada.
    Jesús no fue pobre, se dirigía a los pobres, que no es lo mismo.

    Y estudió en Egipto cuando José trabajó allí unos años. Vamos, como ahora estudian en prestigiosas universidades extranjeras los hijos de ricos empresarios. Por esto digo que es muy actual.

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  4. En efecto, muchas costumbres sociales se mantienen vigentes hoy en día. Lo que nunca sabremos es qué pasó exactamente con la Virgen y su "misteriosa" concepción, si bien el tema da para numerosas especulaciones.
    Feliz lunes!

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Lamentamos que exista moderación de comentarios, pero es necesario debido a ciertos anónimos muy persistentes.